Guillermo Hoyos llegó a Universidad de Chile a principios del 2017 y luego del convulsionado 2016 que vivieron los azules. Con Sebastián Beccacece y la dupla técnica de Víctor Hugo Castañeda con Luis Musrri al mando de la U el año pasado, los universitarios pasaron muchas penurias que terminaron con la banca acéfala. Ante ese escenario, el presidente de Azul Azul, Carlos Heller, escogió al argentino de 57 años para darle una tranquilidad a un camarín desgastado y que recibió con cariño y respeto al nuevo entrenador.
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Reconocido por su férrea devoción por Dios y la virgen de Lourdes, el DT centró el mensaje a sus jugadores en la relevancia que tenía su trabajo y resultados para todos los hinchas azules y sus propias familias. Con esa visión, el equipo laico cambió el foco y logró revertir un complejo inicio de año, y tras un peleado campeonato de Clausura 2017, logró coronarse como el mejor elenco de Chile por 18º ocasión.
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Bajo las órdenes del adiestrador argentino, la U consiguió un 66% de rendimiento, con 30 puntos positivos que le permitieron superar a su archirrival Colo Colo y así quedarse con la campaña del primer semestre. En total, Hoyos logró quedarse con nueve victorias, tres empates y sólo tres derrotas, con un saldo a favor de 24 tantos y sólo nueve en contra de la portería de Johnny Herrera.
A pesar de que esos números y el título ya eran una excelente noticia para Hoyos, gracias a su gran primer torneo con los universitarios, en Azul Azul no dudaron en retenerlo y le ofrecieron un contrato hasta diciembre de 2019, extendiendo el vínculo original que lo ligaba sólo hasta el fin de este año.
Además de los logros conseguidos, Hoyos quiere darle más a la U y por eso pelea palmo a palmo con los albos y Unión Española el título del Torneo de Transición 2017, donde espera seguir sumando alegrías. Pensando en lo que pueda hacer su equipo en la edición 2018 de la Copa Libertadores, el ex seleccionador de Bolivia se da un respiro para celebrar con el galardón de mejor entrenador de los Premios El Gráfico 2017.