Ciclistas disconformes con propuesta de reducción de velocidad máxima

Proyecto de ley presentado por el Ejecutivo propone un máxima de 50km/h. La idea es generar mejores condiciones de convivencia vial entre diversos actores para disminuir accidentabilidad.

Durante esta mañana, el Ministerio de Transportes hizo público el proyecto de ley que modifica la actual Ley de Tránsito, donde destaca la reducción de la velocidad máxima urbana a 50 km/h. Además, buscando mejorar la cultura y convivencia vial, el proyecto propone definir deberes y derechos para los ciclistas, estándares de gestión y seguridad para ciclovías, inclusión de temas sobre convivencia vial en escuelas para conductores y la promoción de zonas de tránsito calmado, donde se circule a 30 km/h.

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Reducir la tasa de accidentabilidad y mortalidad producto de accidentes de tránsito es uno de los grandes desafíos de este proyecto de ley. Sobre todo, considerando que un 87% de los chilenos vive en zonas urbanas y que es justamente en las ciudades donde se produce la mayor cantidad de accidentes de tránsito (84% del total), según datos de la Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito (Conaset).

El subsecretario de Transportes, Cristián Bowen, valoró del proyecto que se proponga una “reducción de la velocidad máxima urbana a 50 km/h y la propuesta de regular adecuadamente la relación entre peatones, ciclistas y automovilistas”, destacando además que la velocidad “es un factor que influye no solo en la probabilidad de ocurrencia de los accidentes de tránsito sino también en la gravedad de estos y en la efectividad de los dispositivos de seguridad”.

Desde la oposición, el senador RN Manuel José Ossandón, ve con buenos ojos las modificaciones a la ley en el sentido de lograr mejorar las condiciones de convivencia vial. Al respecto declara a Publimetro que “sólo en Santiago, se estima que hay cerca de  un millón de trayectos diarios en bicicleta” y destaca el rol que juega hoy la bicicleta como un alternativa eficiente de movilidad en la ciudad, lo que ha sido posible en gran parte gracias al activismo que han generado movimientos ciudadanos,  y que lograron convertir a Santiago en “la capital del Foro Mundial de la Bicicleta el próximo año”.

Ossandón, integrante de la comisión de Transportes del Senado, cree que es bueno reducir la velocidad aunque tiene reparos en hacerlo a nivel nacional, ya que a su juicio “hay que estudiar ese tema con mayor detención y considerar el contexto de varias ciudades, no sólo de Santiago, pero por lo mismo, creo que discutir este proyecto  en la comisión de Transporte serán una buena instancia para afinar esos detalles”.

Louis De Grange, experto en transportes y consejero del Centro de Políticas de Infraestructura (CPI), señala que la modificación “es positiva”, que no va a “afectar negativamente la vida de los usuarios”, y que “sí puede ayudar considerablemente en la disminución de los accidentes de tránsito”.

Sin embargo, el experto hace hincapié en un tema importante para el cumplimiento de la ley: “la fiscalización, porque si no hay un músculo fiscalizador esto va a pasar a ser letra muerta”.

Otro tema que plantea De Grange y que deberá discutirse en el Congreso, es si “este límite va a afectar a los buses del Transantiago, porque en los corredores de buses se supera y por harto el límite de velocidad, por lo que es válido preguntarse si se aplicará este criterio para el transporte público”.

El director del colectivo ciudadano Muévete Santiago y coordinador de planificación del próximo Foro Mundial de la Bicicleta que se desarrollará en nuestro país en abril de 2016, Gonzalo García, valora esta modificación en el sentido de que constituye un primer paso importante para comenzar a introducir ya no sólo “cambios culturales”, sino también “normativos”, aunque es enfático en señalar que desde los diversos actores que bregan por el uso de la bicicleta “no quedamos conformes”.

Esto, porque desde los diversos movimientos ciclistas recuerdan que la modificación a la ley de tránsito que se efectuó en 2002, durante el gobierno de Ricardo Lagos, aumentó de 50 a 60 km/h la velocidad máxima de circulación en zonas urbanas, por lo que volver a eso no se considera un avance y lo que esperaban era bajar a 40 o 30 km/h.

“Es bueno avanzar, la orientación es correcta y la apoyamos. Ese es el vaso medio lleno, pero lo importante en este momento es comenzar el diálogo en el Congreso, por eso quisiéramos que los parlamentarios se abrieran al diálogo y escuchen a los diferentes actores viales involucrados”, señala García, quien agrega que lo que más buscan ahora es “profundizar en la reducción de velocidad para llegar a 30 km/h, que es lo que debería decretarse para zonas urbanas”.

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