Al parecer, más personas estarían involucradas en el asesinato de Dayana Escobar, la niña de 7 años que fue ahogada por su madre mientras le practicaba un supuesto “ritual de sanación”. Al menos en esa línea trabaja la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) de la Región de O’Higgins, equipo que busca confirmar o descartar la participación de otras personas, fuera del núcleo familiar, que pudieran estar vinculadas con el asesinato.
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La muerte de la pequeña ocurrió el pasado sábado, cuando Silvia Andrade, la madre, le practicó una ceremonia de sanación a Dayana, sumergiéndola reiteradas veces y por tiempo prolongado en la tina de su casa. Su idea era limpiarle el espíritu. A causa de esta muerte, Andrade quedó detenida junto a su esposo y padre de la niña, Víctor Escobar. Lo mismo sucedió con Daniela Escobar, hermana de la fallecida y su pareja, Javier Rivas.
Los vecinos de esta familia, que vivía en una casa en el sector de El Cajón en Machalí, afirmaron a Radio Cooperativa que los Escobar Andrade eran evangélicos, pero que Silvia era la más obsesionada con la religión.
Acusaron además que la mujer estaba altamente influenciada por Raúl Palominos, un pastor evangélico que conversaba frecuentemente con esa familia. No obstante, el guía espiritual salió a negar las acusaciones, diciendo a Canal 13 que “a mí la palabra del Señor me dice que no tengo que golpear al prójimo”.
El fiscal que sige el caso, Camilo Umaña, pidió una extensión del plazo para formalizar a los detenidos, argumentando que están en busca de más antecedentes que permitan aclarar en qué condiciones se efectuó el parricidio. Los detenidos serán encausados el miércoles.