En medio de protestas y piedrazos fueron trasladados los internos del Penal Cordillera

Cerca de las 23:30 horas de este sábado,  en forma sorpresiva y bajo un gran contingente de seguridad, se realizó el traslado de los nueve internos que se encontraban en el penal Cordillera hasta el centro penitenciario Punta Peuco.

Manuel Contreras y Marcelo Moren Brito, fueron los primeros en abandonar el penal Cordillera cada uno en un carro celular, según informaciones entregadas por CNN Chile, quienes tuvieron acceso a imágenes de una cámara que se encontraba sobrevolando el lugar.

Pasado las 01:00 am del domingo llegaron los nueve internos a Punta Peuco. Primero los dos nombrados anteriormente y, en otra caravena, los restantes siete.

Los vehículos de Gendarmería salieron raudamente desde el Penal Cordillera bajo una lluvia de piedras y huevos, lanzados por los manifestantes que llegaron hasta el lugar para protestar contra quienes se encontraban recluidos en el lugar.

Pasadas las 12 de la noche llegaron los dos primeros carros celulares de Gendarmería al Penal de Punta Peuco, momento en que otros carros de Gendarmería iban saliendo desde el Penal Cordillera.

El general de Carabineros Oscar Salazar confirmó el traslado de los nueve reos: “Fueron trasladados todos los reos que se encontraban en este lugar.  Salió todo como estaba programado”, dijo a la prensa.

El traslado se concretó en medio de una gran expectación de los medios, un amplio despliegue policial y el repudio de familiares de víctimas, que aguadaban desde hace días en las afueras del recinto ubicado en la comuna de Peñalolén, en el oriente de Santiago, y que lanzaron piedras y gritaron “asesinos, asesinos” a los vehículos que sacaron a los internos.

Los reclusos fueron sacados en dos salidas sucesivas, en varios carros de Gendarmería, dos días después de que el presidente Sebastián Piñera ordenara el cierre de esta cárcel especial, buscando “la igualdad ante la ley, la seguridad de los internos y el mejor y más eficiente funcionamiento de Gendarmería”, según señaló. El traslado se concretó el mismo día en que se suicidó el general en retiro Odlanier Mena, de 87 años, condenado por la muerte de tres militantes socialistas en 1973 y uno de los 10 reclusos que debían ser trasladados hasta la cárcel de Punta Peuco. Mena, exdirector de la Central Nacional de Informaciones (CNI) -la policía de inteligencia de la dictadura de Pinochet (1973-1990)- era el único de los internos que gozaba de salida de fin de semana y se disparó en la cabeza en su casa en repudio a la medida, según señaló su abogado defensor, Jorge Balmaceda. Entre los presos trasladados figura el jefe de la temida Dirección Nacional de Inteligencia (DINA), Manuel Contreras, condenado a cientos de años por secuestros, torturas y ejecuciones. La DINA, antecedió a la CNI hasta 1978 y se le atribuyen la mayoría de los más de 3.200 muertos y desaparecidos que dejó la dictadura. Los internos fueron llevados hasta Punta Peuco, en las afueras de Santiago y a unos 80 km de distancia, donde hoy cumplen condena otros 44 condenados por violaciones a los derechos humanos, una cárcel también construida especialmente pero con un régimen más restrictivo. En el Penal Cordillera, los internos contaban con piscina, cancha de tenis y cabañas en las que cumplían condena los reos. En Punta Peuco, los reclusos están en celdas individuales y cuentan también con espacio de recreación. Ambos recintos, con condiciones muy diferentes a las del resto de las unidades carcelarias chilenas, donde cumplen condena 53.000 reclusos, con una sobrepoblación del 70%, fueron creadas por los gobiernos de centro izquierda instalados post dictadura. Pero fue Piñera, el primer gobernante de derecha en dos décadas, quien ordenó el cierre de uno de los recintos.

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