Columna de la U: La pelota contra el piso

Lo que dejaron los últimos partidos y el triunfo sobre Newell"s en el análisis de Álvaro Amar para el Blog del Hincha. Lee y comenta aquí...

Los jugadores azules celebran con Marino. Foto: AFP

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Por Álvaro Amar

@alvaroamar

Por primera vez desde que escribo en este espacio, dejé pasar más de una semana entre una publicación y otra. La razón de esta determinación se podría explicar con una vieja frase futbolera, poner la pelota al piso.

Tenía la idea de esperar los partidos frente a Everton y Olimpia para escribir la siguiente columna, pero el rendimiento del equipo fue tan dispar y confuso, que preferí esperar un poco para evitar hacer un análisis apresurado de un grupo que claramente no tenía ni una formación definida, ni menos un estilo definido. Se podían mencionar algunas cosas, como la intrascendente posesión de la pelota, la salida lenta desde el fondo, los ausentes y así podría haber seguido enumerando aspectos de un juego que estaba lejos de encantar hasta al más optimista de los hinchas. Pero no, preferí esperar, hacer la pausa.

Luego vinieron los partidos contra San Marcos de Arica, Wanderers y Cobresal. Seguía en las mismas. A pesar del triunfo claro frente a los de la Décimoquinta Región, el equipo volvía a mostrar sus peores facetas frente a los del puerto. Pasaron los días y en El Salvador, la bipolaridad futbolística de este inicio de año volvía a decir presente. Mientras veía este partido pensaba que a ratos esta U se parecía al compañero abusador del colegio. Ese que se agrandaba contra los más chicos y desaparecía apenas alguien se paraba y le hacía frente sin miedo. Dicho esto, el encuentro ante Newell´s en Rosario resultaba decidor para comprobar o desestimar mi teoría. Ahí había una prueba contundente, irrefutable de lo que podía llegar a rendir el plantel frente a un rival de categoría y más aún, en una instancia decisiva.

Para alegría de todos, ayer el saldo del partido por Copa Libertadores fue positivo. No sólo en el resultado, si no que también en el juego mostrado por el equipo. Como aspecto fundamental a destacar dentro de la mejoría, está la forma en la que se buscó recuperar la pelota. El equipo de Rosario, que de pronto esperaba un rival más pasivo durante los primeros minutos, se vio ahogado ante la presión que ejerció la U. ¿Cuál fue el resultado de esta presión? Antes de los 20 minutos el marcador ya estaba 2 – 0 y la diferencia pudo ser aún mayor si es que Ramón Fernández finiquitaba mejor (definiendo o con un buen pase), la ocasión que se generó ante el error en la salida del conjunto Rosarino (una vez más ante la presión de la U), cuando ya terminaba el Primer Tiempo.

Además de la solidez defensiva que pudimos observar cuando el equipo se replegó demasiado en el Segundo Tiempo (un error a mi juicio), la vuelta definitiva a su nivel de Charles Aránguiz, la sólida labor de Martínez en el centro, la anticipación permanente de Pepe Rojas y el despliegue de Ubilla (¡Bien Conejo, al fin descubriste que no hay cocodrilos más allá de la banda derecha!) durante todo el partido, creo que el jugador más determinante durante el partido de ayer fue Guillermo Marino.

Hay jugadores a los que uno ya no le exige porque entiende que están en su techo futbolístico, hay otros a los que no los criticas porque siempre rinden y están los otros, los que pasan de jornadas memorables a momentos para el olvido. A esos siempre uno siempre les pide más, porque cuando aparecen en plenitud te dejan con la sensación de que siempre pueden jugar mejor. En esa categoría está Marino. La de ayer fue una jornada tan feliz para el Argentino, que cuando se produjo su salida, todo el estadio lo aplaudió. Cómo no, si en Rosario escribió una de las páginas más felices de su carrera, deslumbrando en el Newell´s campeón del 2004, rendimiento que al año siguiente lo llevaría a Boca con la difícil misión de hacer olvidar a Juan Román Riquelme. Por lo visto en la cancha, ambas hinchadas reconocieron la mejor versión del Argentino. La del regulador de los tiempos con oficio, el que gira poniendo la mano hacia atrás para evitar que se aproxime el rival, el que pareciera que camina pero extrañamente va dejando rivales atrás, el que por lo general trata de juntarse con sus compañeros, pero principalmente, el que tiene la capacidad de poner la pelota al piso y hacer jugar al resto.

En ese mismo afán de querer asociarse es que hay partidos en los que Marino pareciera querer jugar intencionalmente todas las pelotas al costado o hacia atrás. Pero aquí viene la pregunta, ¿Es responsabilidad de él que cada vez que tiene la pelota, sus compañeros estén estáticos o asfixiados ante la defensa rival? Si ya el plantel está conformado y los que están son los que van a llevar el peso de la campaña, no queda otra que sacarle el mayor partido a los recursos con los que se cuenta. Por lo mismo, espero que el partido en Rosario sirva como reflexión para el cuerpo técnico. Me refiero a que si la intención es de poblar el mediocampo con jugadores de buen toque, la única forma de evitar que este se torne previsible, es generar los espacios necesarios para que la posesión no sólo se transforme en una estadística y se traduzca en ocasiones de gol y por ende en resultados.

Este último párrafo quisiera escribirlo a lo Marino, haciendo una pausa. Es indudable el fervor que puede causar un partido importante ganado con contundencia. Por lo mismo, espero ver esta misma intención en los partidos venideros, ante Iquique y Newell´s en Santiago. Un entrenador inteligente como Martino, probablemente no repita los mismos errores del encuentro recién pasado y lo más probable es que el próximo Martes salga a esperar un poco. Es ahí donde se verá si realmente lo de ayer fue un partido más o realmente presenciamos el encuentro que marcará un antes y un después en el juego de la U en este Primer Semestre del 2013.

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