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El cocinero de un restaurante ubicado en la provincia del norte de Shaanxi, China, fue detenido al ser descubierto que añadía polvo de opio a sus platillos para que los clientes regresaran.
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El astuto encargado fue detenido durante 10 días, pues admitió haber comprado dos kilogramos (cuatro libras) de la droga ilegal por 98 dólares. Todo esto con tal de brindarle un sabor especial a su comida y hacer que los comensales se volvieran adictos a su comida.
Tal hecho fue descubierto cuando policías detuvieron un automóvil conducido por un hombre de 26 años. Al joven se le realizó una prueba de detección de drogas luego de haber ingerido un plato de fideos en el restaurante. La familia del hombre intervino comentando a las autoridades que ellos también habían consumido alimentos en el establecimiento. Se les practicó el estudio y dio positivo, según informe del portal de noticias CNN.
En la galería de fotos: ¿Este hecho en verdad hacía que los comensales regresaran?
