Me desperté y grité. Mi piel ardía. Estaba al rojo vivo y sentía como si me quemara de adentro hacia afuera pero también estaba congelada y me castañeteaban los dientes.
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Sabía que algo estaba seriamente mal.
Mi mamá me llevó directamente al hospital, donde los doctores me dijeron que mi cuerpo había entrado en un estado de shock.
Cuando desperté, me informaron que sufría de soriasis eritrodérmica, una enfermedad cutánea muy rara y peligrosa. Si no hubiese ido al hospital cuando lo hice, podría haber muerto.
De por vida
Había cumplido 21 cuando eso sucedió el año pasado y ya llevaba viviendo con soriasis durante cinco años.
El Servicio Nacional de Salud de Reino Unido (NHS, por sus siglas en inglés) describe la soriasis como "una enfermedad cutánea que produce erupciones rojizas, granulosas y costrosas en la piel, cubiertas de escamas plateadas".
"En algunos casos, las erupciones pueden causar escozor o dolor", señala.