El Barcelona de Guayaquil tiene una misión casi imposible en el partido de vuelta de la semifinal de la Copa Libertadores frente a Gremio este miércoles: remontar de visitante un 3-0 en contra.
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Lo que no sabía el equipo ecuatoriano que busca un cupo en la final del mayor torneo continental es que este domingo, cuando emprendió el camino hacia Brasil para disputar el partido, también tendría que remontar otro obstáculo: quedarse varado a medio camino.
En un incidente insólito, el avión en el que viajaba el equipo torero (como se apoda al club) hacia Porto Alegre fue retenido por las autoridades bolivianas debido a problemas en la documentación.
"El viaje consistía en salir el domingo de Guayaquil a las 13:00 (hora local) y salimos recién a las 16:00, a esa hora debíamos estar en Bolivia para una escala de 45 minutos. Se suponía que llegaríamos a las 19:00 (hora de Ecuador) a Brasil", dijo este lunes el preparador físico del club, Rubens Valenzuela, al diario El Comercio.
"Me pone nervioso porque no era lo que estaba planificado. Lo que tenemos que hacer ahora es rezar. Hicimos muchas cosas malas, hay que ver cómo reaccionamos a eso", agregó.
Al principio, de acuerdo al relato de los jugadores y el entrenador, el uruguayo Guillermo Almada, se pensaba que solo sería un trámite de 45 minutos para reabastecer de combustible el avión.
Pero terminó en un itinerario desconcertante: salir de Ecuador, entrenar en Bolivia y jugar en Brasil. Todo en dos días y medio.
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El viaje
El sábado 28 de octubre, el Barcelona venció a la Liga Universitaria de Quito y se dio un día de descanso para salir hacia Brasil a buscar el milagro en Porto Alegre.
Pero los problemas comenzaron una vez el equipo estaba listo para volar el domingo 29 en la tarde.
El vuelo chárter, que había sido contratado por el exdirectivo Vinicio Luna, tuvo una hora de retraso para salir hacia Bolivia. Pero fue en Santa Cruz de la Sierra, cuando aterrizó esa noche, donde la aeronave vio interrumpido su vuelo.
La razón: el avión no tenía los permisos requeridos y debía quedar retenido en Bolivia hasta que se aclarara la situación.
Eso puso al Barcelona en dos apuros: primero, conseguir un hotel de emergencia para pasar la noche. Y a la mañana siguiente, buscarse una cancha para, al menos, entrenar una vez antes del partido.
Sin balones
Entonces apareció el Blooming, de la primera división del fútbol boliviano, que les cedió su campo de entrenamiento para que Almada hiciera algunos movimientos tácticos.
Sin embargo, los balones y las indumentaria para entrenar estaban dentro del avión retenido. Así que el lunes no pudo ser.
Solo el martes 31 de octubre en la mañana se logró juntar a los jugadores y poder ensayar algunos movimientos.
Los hinchas comenzaron a exigir respuestas. Y clavaron su mirada en Luna.
"La compañía no tiene nada que ver, en Ecuador entendieron mal cómo tenía que hacer la documentación", explicó Aquiles Álvarez, directivo del Barcelona.
Solo hacia la 1:00 pm (hora local) de este martes 31, la directiva del club anunció en Twitter que un avión de la Fuerza Aérea de Ecuador había partido hacia Santa Cruz de la Sierra para recoger al equipo y llevarlo a finalmente a Brasil.
"Llegamos a Porto Alegre hoy, volvemos a descansar y en la noche entrenaremos. No es nada de maldad, son cosas que pasan, pero en nuestro país suceden cosas increíbles", señaló Álvarez.
El encuentro se disputará a las 9:45 pm hora local en el estadio Arena do Gremio y ahora que el Barcelona logró remontar un viaje de tantas escalas, tal vez pueda regresar después de 19 años a una final de la Copa Libertadores.