Las declaraciones de George H.W. Bush y su hijo, George W. Bush, en el nuevo libro The Last Republicans («Los últimos republicanos») no han pasado desapercibidas en Estados Unidos.
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Algunas de los comentarios de los dos expresidentes, dedicados al actual mandatario, Donald Trump, fueron difundidos por medios de comunicación estadounidenses, como CNN y The New York Times, el sábado.
Las opiniones —todas negativas— provocaron que la Casa Blanca emita un comunicado defendiendo a Trump.
Desde la campaña presidencial de 2016, ya se sabía que ninguno de los Bush apoyaba al magnate inmobiliario.
Pero ambos fueron más lejos en la publicación escrita por Mark Updegrove y que saldrá al mercado el 14 de noviembre.
Una de las cosas que más llamó la atención del libro fue que George Bush padre calificó como «fanfarrón» (blowhard) al gobernante neoyorquino.
Por su parte, Bush hijo dijo que tenía miedo de ser «el último presidente republicano».
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¿En qué se basan las opiniones de cada uno?
Ego de Trump
Bush padre, que fue presidente entre 1989 y 1993, señaló que Trump «no le gusta».
«No sé mucho sobre él, pero sé que es un fanfarrón (blowhard). Y no estoy muy entusiasmado con que sea líder», dijo.
«Blowhard» es un término informal para referirse a una persona que es jactanciosa o pomposa, según el Oxford English Dictionary, y generalmente es un insulto.
En este sentido, Bush padre también le dijo al autor del libro, Updegrove, que creía que el magnate inmobiliario había postulado a la presidencia porque tenía «cierto ego».
Pero el republicano no solo reprobó a Trump. También confirmó que había votado por la demócrata Hillary Clinton en las elecciones de noviembre de 2016.
El último republicano
El título del libro, según dijo Updegrove a CNN, proviene de un comentario hecho por George Bush hijo durante las elecciones presidenciales.
El exmandatario le dijo al autor: «Sabes, temo que seré el último presidente republicano», a pesar de que Trump pertenece al mismo partido que él.
«No se trataba de que Hillary Clinton se convirtiera en presidenta, ya que el Partido Republicano tenía dificultades para encontrarse a sí mismo. Era que Donald Trump representaba todo lo que aborrecían los Bush», explicó Updegrove a CNN.
Bush hijo, que gobernó de 2001 a 2008, también le contó al autor que había votado en blanco en las elecciones.
Opinó que «ese tipo (Trump) no sabe lo que significa ser presidente» y que uno podía «explotar la ira, incitarla, o aportar ideas para enfrentarla».
Sus declaraciones se alinean con un discurso que pronunció a fines de octubre, ampliamente interpretado como una crítica a Trump, aunque no lo hubiera nombrado.
Defensa de Trump
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Sarah Sanders, respondió a los expresidentes en un comunicado.
«El pueblo estadounidense votó para elegir a un outsider que es capaz de implementar un cambio real, positivo y necesario, en lugar de un político de carrera dependiente de intereses especiales», dijo.
«Si (los votantes) estuvieran interesados en continuar con décadas de errores costosos, otro candidato del establishment más interesado en poner la política por encima de la gente habría ganado», agregó.
Reemplazo de Clinton
Mientras tanto, la exdirectora interina del Comité Nacional Demócrata, Donna Brazile, reveló que había considerado seriamente reemplazar a Hillary Clinton por el vicepresidente Joe Biden como candidato presidencial del partido durante la campaña.
La información es parte de su nuevo libro, Hacks: The Inside Story of the Break-ins and Breakdowns that Put Donald Trump in the White House (la historia interna de los asaltos y errores que pusieron a Donald Trump en la Casa Blanca).
Brazile también dice que la campaña de Clinton tenía «el olor del fracaso» y alega una gran cantidad de fallas e incidentes de mala administración dentro del partido, según extractos de sus memorias publicadas por The Washington Post el sábado.
Esta estratega política se vio envuelta en una fuerte polémica en octubre de 2016 cuando Wikileaks difundió los correos hackeados del Partido Demócrata.
Uno de los mensajes indicaba que Brazile le había filtrado a Hillary Clinton una pregunta que CNN le iba a hacer a la candidata durante un evento presidencial.