Cuando el año pasado Matteo, un niño italiano de 8 años, inventó la palabra "petaloso" para un trabajo de la escuela, no pensó que su ocurrencia iba a llegar tan lejos.
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Describió una flor con muchos pétalos y el término que creó gramaticalmente tiene sentido como una combinación de "pétalo" y el sufijo "-oso/a" ("lleno de").
Si bien la palabra no existe oficialmente en el diccionario italiano, su propuesta logró una fuerte repercusión en los medios y redes sociales.
Incluso la Academia de la Crusca, la versión italiana de la Real Academia, tiene una convocatoria abierta en su página web para incluirla en el diccionario y dijo que su propuesta podría tener éxito.