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“El mundo se puso de cabeza”: Irina Sergeevna Konkeivich, la adolescente de 14 años que fue testigo de la Revolución Rusa desde la ventana de su casa frente al Kremlin

Irina Sergeevna Konkeivich era una adolescente cuando en noviembre de 1917 fue testigo privilegiada de la lucha entre bolcheviques y socialistas moderados por controlar el Kremlin, el símbolo del poder en Rusia. El programa radial “Witness” de la BBC recuperó la grabación con su valioso testimonio.

Corría 1917. Rusia vivía momentos muy turbulentos. Una adolescente de 14 años, Irina Sergeevna Konkeivich, era testigo privilegiada de la revolución desde la ventana de su casa.

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"Yo vivía en una vivienda frente a la entrada del Kremlin, así que cuando empezó la lucha, quedamos en medio de ella", le contó a BBC antes de su muerte hace casi una década y media.

El programa de radio "Witness" recuperó la grabación de aquella entrevista. No se conservan fotos de ella.

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Los bolcheviques, liderados por Vladimir Lenin, peleaban por controlar Moscú. Ya habían tomado el poder en la entonces capital rusa, Petrogrado (hoy San Petersburgo), y le tocaba el turno a esta gran ciudad.

Los bolcheviques se concentraron en el centro de Moscú y junto a ellos trabajadores, militares y otros grupos que los apoyaban, como los anarquistas. De modo que había un movimiento constante en las calles donde vivía Irina, en medio de la batalla por dominar la zona del Kremlin, la crucial ciudadela de palacios y catedrales.

Si bien la capital era Petrogrado -algo que cambiaría luego-, el Kremlin era un símbolo de poder. Quien lo controlara, controlaría Moscú.

"Recuerdo que era un día bello, soleado. Los bolcheviques estaban irrumpiendo en el Kremlin, y mi madre estaba muy preocupada porque mi hermano estaba en el ejército blanco, en el bando contrario", dice Irina.

"Él nos visitaba con frecuencia, aunque sólo fuera por uno minutos, para mostrarnos que seguía vivo".

Irina provenía de una familia privilegiada, y los "blancos" a los que se refiere era un grupo de cadetes (estudiantes, soldados y oficiales) de academias militares de todo el país que habían sido movilizados a Moscú para defender el Kremlin en nombre del gobierno provisional moderado que se había instalado en febrero, tras la abdicación del zar Nicolás II.

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Días de sangre

La batalla por el Kremlin duró poco más de 5 días (desde fines de octubre hasta principios de noviembre).

Para una adolescente como Irina, hija de un abogado de la intelligentsia de Moscú, esos eran días de peligro y excitación que pondrían su mundo de cabeza.

Lenin, el cerebro de la Revolución Rusa, tomó el poder el 1917.

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