Una noche de cuchillos largos y misiles en Riad, la capital de Arabia Saudita, sacudió Medio Oriente y dejó una gran incertidumbre por lo que pueda pasar después.
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Tres acontecimientos que sucedieron el sábado no estaban directamente relacionados, pero en conjunto representan un poderoso golpe en un momento en que Arabia Saudita y sus aliados, incluyendo Estados Unidos, están mostrando cada vez mayor determinación para hacer frente a su gran rival, Irán.
El primero y más explosivo suceso para la región fue el anuncio de Saad al Hariri de su renuncia como primer ministro de Líbano, el cual fue hecho desde Riad.
Los analistas bien informados dicen que fue citado a Riad para ser "despedido" por sus aliados saudíes.
"No eran sus palabras", me dijo un ministro de gobierno árabe sobre el discurso televisado de Hariri.
Visiblemente angustiado, Hariri habló de los temores por su vida en su propio país.Acusó a Irán de esparcir "el desorden y la destrucción".
Y a su aliado libanés Hezbolá, una de las principales milicias chiitas y de las más poderosas fuerzas políticas, de estar construyendo un "Estado dentro del Estado".
"Arabia Saudita puso en marcha un misil ‘dispara y olvida’", dijo Yezid Sayigh, del Centro Carnegie de Medio Oriente, haciendo referencia a ese tipo de misiles que no necesita ser teledirigido.