Si para muchas personas diciembre es sinónimo de Navidad, para algunos estadounidenses noviembre equivale a otro evento que, a diferencia de este, se declara abiertamente comercial y consumista: el Black Friday.
El Viernes Negro es el día en que los comercios del país comienzan la temporada navideña, ya que miles de personas eligen esa jornada, posterior a la fiesta de Acción de Gracias, para salir a comprar los regalos.
Para aprovechar esta disposición a gastar, los negocios ofrecen ese día los mayores descuentos del año y amplían sus horarios.
Algunos abren la noche anterior y suelen encontrarse largas colas de clientes que entran en estampida.
Algo que incluso ha generado accidentes y las muertes de un trabajador y de un comprador en la última década.