La desconfianza se ha reavivado.
Las denuncias sobre la supuesta interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos de 2016 han marcado durante el último año las relaciones entre Washington y Moscú.
Los gobiernos de ambos países han aprobado sanciones recíprocas que han implicado, entre otras cosas el cierre de sedes diplomáticas y la expulsión de centenares de funcionarios.
La idea del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de establecer buenas relaciones con su contraparte ruso, Vladimir Putin, no se ha materializado.
Pese a ello, el Departamento de Estado de Estados Unidos acaba de poner en manos de una empresa rusa la seguridad de su embajada y de su personal en Moscú, así como de sus consulados en San Petersburgo, Vladivostok y Ekaterimburgo.
- Putin ordena expulsión de 755 empleados de la embajada y otros consulados de Estados Unidos en Rusia en respuestas a sanciones de Washington
- Estados Unidos ordena el cierre del consulado de Rusia en San Francisco y de otras dos oficinas diplomáticas rusas
Pero no se trata de una empresa de seguridad cualquiera. Elite Security Holdings, la compañía a la que fue asignado el contrato, fue fundada por Víktor Budanov, un exalto jerarca del espionaje soviético, que en el pasado trabajó con Putin.
Peligroso y sombrío
Budanov fue uno de los jefes más temidos del antiguo servicio de espionaje de la Unión Soviética, KGB.
:quality(70)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/metroworldnews/KL6NWGF37NFKDBLTX4DX2LZOJE.jpg)