La respiración es uno de los actos más importantes que hacemos y también uno de los pocos procesos corporales que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria.
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Uno puede respirar sin tener que pensar en ello o alterar la forma en que lo hace a voluntad.
Es por esta curiosa relación entre nuestra mente y el proceso de nuestro cuerpo que nuestra respiración puede jugar un papel decisivo, especialmente en momentos de estrés.
Quedarse sin aliento o tener dificultad para respirar es una de las razones más comunes para acudir al hospital, según el servicio de salud público británico, el NHSç.
Nuestra respiración cambia en forma y ritmo en diferentes momentos del día y con distintas emociones y estados. Por ejemplo, suspirando en desesperación, jadeando con agotamiento, conteniendo la respiración con miedo y terror.