Polonia y Hungría han sido acusadas de estar alejándose de los valores de la Unión Europea (UE). ¿Generará esto un conflicto con el resto de miembros?
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En mayo de 2004, la entidad supranacional sumó 10 nuevos miembros. Entre ellos, se encontraban estos dos países que solían pertenecer al antiguo bloque de Estados comunistas.
Parecía que estaban en camino de adoptar valores liberales occidentales como la tolerancia social, un sistema judicial independiente y un compromiso con la libertad de expresión.
Pero 13 años después, algunos de los que celebraron su ingreso en la UE ahora temen un retroceso en materia de valores democráticos fundamentales.
Si se pasea por la calle Nador, en Budapest, se verá en las ventanas de casi todos los cafés letreros en los que aparece escrita la etiqueta #IstandwithCEU.
CEU son las siglas en inglés de la Universidad Central Europea. Una institución que según su rector, Michael Ignatieff, el gobierno húngaro ha "tomado como rehén".
El centro de estudios, a su pesar, contempla la posibilidad de tener que abandonar el país debido a leyes aprobadas durante el segundo trimestre de este año.
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"Sería la primera vez que una universidad europea haya sido forzada a dejar un Estado de la UE, que podamos recordar", dijo a la BBC Ignatieff. "Sería un escándalo".
Una batalla simbólica
Una forma de entender por qué una universidad de categoría mundial tiene miedo de no poder operar en Budapest es a través del prisma de la amarga contienda que hay entre dos húngaros famosos: Viktor Orban y George Soros.
El primero ha ocupado durante los últimos siete años el cargo de primer ministro del país. Pertenece al partido conservador, nacionalista y de derechas Fidesz.
El segundo es un millonario que vive en Estados Unidos y que se convirtió en un filántropo tras hacer una fortuna especulando en el mercado monetario global.
Soros fundó en 1991 la CEU con la visión de que fuera una universidad al estilo estadounidense, pero en Budapest.