Maldiciones de chamanes, choferes de autobús que se niegan a pisar el acelerador y cohetes que revientan sobre su hotel de madrugada.
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Esta es la pesadilla peruana que, según la prensa neozelandesa, vive la selección de Nueva Zelanda desde su llegada el lunes al país sudamericano para pelear por el último cupo del Mundial Rusia 2018.
La última vez que la Blanquirroja clasificó fue en 1982, para el Mundial de España.
Eso significa que ningún peruano de menos de 35 años ha experimentado nunca la sensación de alentar a su equipo durante la cita más grande del fútbol, mientras que los que rondan los 40 difícilmente lo recuerdan.
Y muchos harían lo que fuera para asegurar la clasificación.