"En Italia hay por lo menos tres millones de chefs que tienen una estrella Michelin (símbolo de la gran concina). Son todas amas de casa".
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Así resumía Antonio Carluccio la influencia de la buena mesa que lo llevó a ser uno de los más famosos exponentes de la cocina auténtica italiana y que atrajo a comensales desde la reina Isabel II hasta al tenor Luciano Pavarotti y el roquero Mick Jagger.
Carluccio, que vivió durante décadas en Reino Unido y cosechó éxitos como chef, escritor, presentador, con su propio restaurante convertido en una cadena que lleva su nombre, murió la semana pasada a la edad de 80 años.
Nació en 1937 en la costa de Amalfi, en el seno de una familia de seis hijos y una madre que era una "gran cocinera".
Tras abandonar Italia a los 16 años, se fue por diferentes ciudades en Europa "siempre detrás de una mujer" y descubriendo su habilidad para la cocina porque "quería comer platos italianos".
Finalmente llegó a Londres, en 1975, donde describió el tipo de comida italiana que servían en la capital británica como "dolorosa".