"Era una mañana normal, estábamos trabajando cuando a eso de las 10:30 se acercó la secretaria a informarme que una puerta se había apretado. Al rato que la sacan, se encuentran que había un hueco en el piso", recuerda Mariuxi Cango, directora de la escuela de La Inmaculada Fe y Alegría.
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Ocurrió el 26 de octubre de 2016 y esta escuela zarumeña se preparaba para festejar sus 101 años de fundación en tan solo cuatro días. El edificio centenario jamás cumpliría 102.
La noticia corrió entonces por toda Zaruma, ciudad patrimonio del Ecuador desde 1990 y candidata a patrimonio cultural de la humanidad en la UNESCO desde 1998: debajo de un aula del antiguo edificio de las hermanas de la caridad había un socavón.
"En el aula cercana estaban trabajando en ese momento 37 niños más una docente. Fue un milagro de la virgen que la puerta fuera un llamado de atención y no pase que se desfonde el piso, porque entonces hubiésemos estado lamentando vidas", añade Cango.