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Cómo una caída de caballo casi mortal inspiró al vaquero Stan Brock a ayudar a millones de personas desde Guyana hasta Estados Unidos

Un caballo indomable, un doctor a 26 días a pie de distancia y un avión fue lo que necesitó este británico para embarcarse en una aventura que lo llevaría desde Guyana hasta Estados Unidos pasando por México y Guatemala.

Stan Brock, originario de Inglaterra, siempre había soñado con ser un cowboy así que cuando surgió la oportunidad de embarcarse en una aventura en el Amazonas no lo dudó un instante.

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Siendo un adolescente llegó a Guyana y trabajó en el rancho Dadanawa, en medio de la selva Rupununi, en la frontera sur de Guyana con Brasil. Por aquel entonces era uno de los lugares de ganado más grandes del mundo.

Allí todos eran amerindios menos él, o eso asegura Brock en uno de sus libros.

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Este aventurero octogenario conversó recientemente con el programa Outlook de la BBC y explicó las razones que lo llevaron a proveer atención sanitaria a millones de americanos en los últimos 30 años.

Todo empezó intentando domar un caballo.

El vaquero

"Al principio me dieron un caballo muy manso hasta que aprendiese a manejar las riendas", relató.

Durante dos años cuidó del ganado en el rancho con este rocín pero cuando ya había aprendido a manejarlas, le dieron otro ejemplar con muy mala reputación.

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"Lo llamaban demonio y ya había matado a otros vaqueros". Intentando domarlo, Brock resultó gravemente herido y las perspectivas de conseguir ayuda no eran muy esperanzadoras.

"Me dijeron que el doctor más cercano estaba a 26 días a pie". Fue ahí donde se le ocurrió la idea. "Tenía que hacer algo para acercar la ayuda sanitaria a esta gente".

El médico

El británico decidió entonces aprender a volar y llegar por aire hasta los sitios más recónditos donde las personas pudieran necesitar asistencia médica.

Se compró un avión y adquirió algunos conocimientos de medicina. "Me compré unos libros para aprender las nociones básicas y cargué el avión con penicilina y cosas así", recordó.

La compañía en la que trabajaba pagaba las facturas de los remedios que conseguía en las farmacias de la capital de Guyana, Georgetown.

Brock se aventuró a sobrevolar el Amazonas para repartir ayuda.

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