Luego de pisar la Luna, el astronauta estadounidense Neil Armstrong se adentró en las profundidades de la Tierra.
PUBLICIDAD
El año era 1976, la ubicación, la cordillera de los Andes en el sureste de Ecuador.
Recomendados:
Jesuitas expulsan a Felipe Berríos tras investigación por denuncias de abuso sexual: “Tiene prohibido el ejercicio público del sacerdocio”
Choque de trenes deja decenas de heridos en Buenos Aires, Argentina: uno de ellos descarriló en Palermo
Fatal marcha de conscriptos a Putre: así fue el recorrido que hizo la ministra en visita al lugar donde murió el soldado Franco Vargas
Varias decenas de personas participaron en una extraordinaria expedición hacia una fascinante formación geológica llamada la Cueva de los Tayos.
Los indígenas shuar eran los conocedores de hacía décadas de esta cueva, cuya entrada tiene un vacío vertical de unos 70 metros.
Pero fue un viaje del espeleólogo argentino, de origen húngaro, Juan Moricz el que despertó tanto interés que el gobierno de Ecuador y el de Reino Unido financiaron la gran expedición de 1976.
Moricz aseguraba haber encontrado, en las profundidades de la Cueva de los Tayos, una caverna en la que había hojas metálicas grabadas con lo que parecía ser la historia de la humanidad.