Un simple gesto podría contribuir a mejorar la vida de las personas. Lo único que hace falta es una acción individual que comience a tejer toda una red de apoyo.
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Este es el principio básico de capital social que se viene discutiendo desde los 80 y que fue desarrollado por los sociólogos Pierre Bourdieu y James Samuel Coleman.
En su origen, este concepto buscaba la mejora del nivel económico de la sociedad pero Bourdieu y Coleman lo llevaron a un aspecto emocional. Bajo su perspectiva, cada individuo puede ayudar a tejer una red de apoyo que beneficie a una comunidad en concreto, según recopila en un ensayo un grupo de académicos de la Universidad de Cádiz (España).
Las redes de inmigrantes que se forman en un nuevo país, las asociaciones de mujeres que se apoyan y defienden una misma causa, la familia, el barrio, una escuela en la que tanto padres como niños y profesores participan, todo esto son ejemplos de capital social que contribuyen al apoyo emocional que necesitamos los individuos de acuerdo con estos dos sociólogos.