Poco se sabe con certeza sobre lo que pasó con el ARA San Juan, el submarino argentino que desapareció hace 13 días con 44 personas a bordo. Pero el debate político (y económico) ya empezó.
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Aunque el caso del submarino no suscita la división que generó, por ejemplo, la desaparición y muerte del joven tatuador Santiago Maldonado, la tragedia ha reavivado las iniciativas de reformar las Fuerzas Armadas del país.
Argentina ha tenido durante al menos una década uno de los presupuestos de Defensa más bajos de la región. Y hoy es el menor de América del Sur.
El país gasta en defensa nacional el 0,9% de su Producto Interno Bruto (PIB), cuando el promedio de la región es 1,6%, el mundial 3% y lo que recomiendan organizaciones especializadas es 2%.
Pero más que la cantidad de recursos que el país destina a defensa (que suma casi US$5.000 millones al año), lo que más preocupa a los expertos es que el 80% de ese presupuesto se va en pagos de salarios.
Y el restante 20% va para funcionamiento y mantenimiento.
Las razones por las cuales el ARA San Juan desapareció no son aún claras, pese a que el registro de una detonación muy cerca de donde se comunicó por última vez parece instalarse como la causa principal.
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El ARA San Juan había recibido mantenimiento hacía menos de un año.
Pero aparte de la causa concreta que produjo el posible accidente, la manera como las Fuerzas Armadas respondieron a la desaparición mostró, según los expertos, las falencias de un sector militar que quedó lastimado tras el régimen militar entre 1976 y 1982.