Sobreviven en las montañas y bosques, a la intemperie con la lluvia y el frío.
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Son unas 5.000 personas indígenas de Chiapas quienes hace varias semanas huyeron de sus comunidades, amenazados por grupos armados.
La mayoría proviene de Chalchihuitán, un municipio de unos 20.000 habitantes en la región montañosa conocida como Los Altos de Chiapas.
Entre los desplazados hay cientos de niños, mujeres embarazadas y ancianos. Muchos están enfermos y no tienen comida, aseguran organizaciones civiles.
Viven, además, aterrorizados: cada noche escuchan disparos de quienes les persiguen, hombres armados de comunidades ubicadas en el vecino municipio de Chenalhó.
Con ellos sostienen una disputa de 45 años por la posesión de tierras y bosques que no ha logrado resolverse, y ahora provoca el desplazamiento de miles de personas.
"Es una crisis humanitaria, no encuentro otra forma de hacer entender la extrema gravedad y el riesgo de la vida de ellos", le dice a BBC Mundo el sacerdote Marcelo Pérez Pérez, párroco en el municipio de Simojovel y coordinador de Pastoral Social en la Diócesis de San Cristóbal de las Casas.