Defendió su inocencia hasta los últimos momentos de su vida, justo antes de suicidarse bebiendo un veneno en plena corte.
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El excomandante bosnio croata Slobodan Praljak murió el miércoles minutos después de haber asistido a una audiencia de apelaciones en la que le ratificaban una condena de 20 años en prisión.
El Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) en La Haya concluyó que él y otros cinco exmilitares y políticos bosnio croatas "fueron participantes clave en una estrategia criminal conjunta para hacer una limpieza étnica de los bosnios musulmanes".
Los crímenes por los que fueron sentenciados en 2013 ocurrieron en la ciudad de Mostar durante la guerra de Bosnia, entre 1992 y 1995.
Entonces, Praljak era uno de los principales comandantes de las fuerzas bosnio croatas que se enfrentaron durante 11 meses entre 1993 y 1994 con bosnios musulmanes.
El tribunal lo encontró culpable de "no haber hecho ningún esfuerzo serio en detener a sus solados" cuando supo en 1993 que sus tropas estaban llevándose a musulmanes aterrorizados en la localidad de Prozor.
Praljak, según el fallo de la corte, tampoco tomó medidas cuando le informaron de planes de asesinatos y ataques contra miembros de organizaciones internacionales y mezquitas en el este de Mostar.
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De productor de televisión a criminal de guerra
Antes de convertirse en uno de los hombres fuertes de los bosnio croatas durante la guerra de Bosnia, Praljak se dedicó a la docencia durante años.
Entre las décadas de 1970 y 1980, enseñó filosofía y sociología, trabajó como director de teatro y produjo documentales y películas para televisión.
Dirigió una película llamada "El retorno de Katarina Kozul" en 1989 antes de unirse al ejército croata para combatir a los serbios rebeldes durante la guerra de Croacia entre 1991 y 1995.