El 24 de noviembre de 2016 en Colombia se le ponía la firma al fin de más de medio siglo de guerra, a un acuerdo de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
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Pero realmente lo que se rubricó fue un comienzo para intentar acercar a Colombia a una paz que la ha eludido a lo largo de casi toda su historia.
Pasado un año de esa fecha, BBC Mundo visitó un territorio en el que las FARC solían ser muy fuertes: el departamento del Meta, en los Llanos Orientales del país.
Allí pudo ver cómo están funcionando algunos proyectos vinculados al acuerdo de paz, cuya implementación, según el presidente Juan Manuel Santos, debe verse con el optimismo del vaso medio lleno y, según la FARC (Fuerza Alternativa Revolucionaria de Colombia, el partido que fundó la ahora exguerrilla), con la decepción del vaso medio vacío.
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El cartel suena a contradicción: "Bienvenidos, zona peligrosa".
Es el último punto seguro de la operación de la ONG Campaña Colombiana contra Minas (CCCM, única organización civil del país que tiene acreditación para hacer desminado humanitario), que está realizando tareas en la vereda Agualinda, del municipio de Vistahermosa.
A partir de ahí se entra en una zona sospechosa de tener explosivos.