Logró ser nombrado Consejero de Seguridad Nacional y convertirse en una de las personas más poderosas del gobierno de Estados Unidos.
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Y estaba destinado a ser un guardián estratégico de un presidente sin experiencia en asuntos militares ni en política exterior. Pero solo duró 25 días en el cargo.
Sus polémicos contactos con el gobierno ruso antes de que Donald Trump asumiera el poder en enero hicieron que Flynn tuviese que renunciar el mes siguiente.
La controversia no quedó allí. Flynn fue cuestionado por el FBI en relación a una investigación sobre una supuesta intervención de Moscú en las elecciones de noviembre de 2016 en EE.UU.
El fiscal especial Robert Mueller, quien encabeza la indagatoria, lo acusó formalmente el viernes de haber hecho "declaraciones falsas, ficticias y fraudulentas" a la agencia federal.
Momentos después, Flynn se declaró culpable y afirmó que colaborará con la investigación de Mueller.