"Una verdad universalmente reconocida es que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa", y ese hombre en la novela que empieza con esas palabras es Fitzwilliam Darcy.
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Quien nos recuerda esa verdad universal es la carismática e inteligente Elizabeth Bennett, protagonista y narradora de la novela de Jane Austen "Orgullo y Prejuicio".
Elizabeth es parte de una familia de clase media alta cuyo patrimonio pasará, a la muerte del padre, a su pariente de sangre hombre más cercano: un primo fatuo y pomposo. Por ello, la madre está obsesionada con que sus 4 hijas se casen con hombres adinerados. Mr. Darcy lo es.
La gran fortuna de ese personaje que ha hecho soñar a generación tras de generación de personas durante dos siglos tiene una cifra muy exacta que sabemos desde el primer momento que entra en escena.
"…era un hombre alto, de bonitas facciones y de porte aristocrático. Pocos minutos después de su entrada ya circulaba el rumor de que su renta era de diez mil libras al año".
Y, por supuesto, la madre de Elizabeth no deja que lo olvidemos.