La primera semana de agosto de 2020 está marcada con un círculo rojo en el calendario de Ans Botha, la entrenadora de 76 años responsable de la transformación del atleta sudafricano Wayde van Niekerk.
Lejos de ser la fecha para su retiro, Botha tiene en su mente que su pupilo logre en los Juegos Olímpicos de Tokio de ese año una hazaña que hasta hace poco se consideraba imposible en atletismo: bajar la barrera de los 43 segundos en los 400 metros planos planos.