Le pasa hasta al más precavido de los mortales: en algún momento, distracción mediante, el celular se escapa de las manos y acaba en el suelo con la pantalla hecha añicos.
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Reemplazarla suele ser costoso, con lo cual muchos, si tienen la suerte de que el teléfono siga funcionando, prefieren ir por la vida con la pantalla rota.
Pero ahora, un equipo de investigadores japoneses parece haber encontrado una solución al problema.
Liderados por el profesor Takuzo Aida de la Universidad de Tokio, crearon un nuevo tipo de cristal que tiene la capacidad de repararse a sí mismo.
El vidrio, que tiene el potencial de ser utilizado para la pantalla del móvil y otros dispositivos frágiles, está hecho en base a un polímero liviano que recompone sus propias roturas cuando se lo presiona con las manos.
A diferencia de otros materiales creados anteriormente que "cicatrizan" solos, este polímero no necesita temperaturas del orden de los 120º C para reorganizar su estructura.
Se repara simplemente presionando manualmente durante 30 segundos, a una temperatura de 21º C.
Descubrimiento accidental
Las magníficas propiedades del material fueron descubiertas por azar por el estudiante de posgrado Yu Yanagisawa, cuando estaba trabajando en la creación de un pegamento.