Es una tierra repleta de lágrimas y fosas comunes.
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Día a día, la verdad de lo que ocurre desaparece de la vista. Está oculta por grandes hierbas. Solo unos fragmentos de huesos y pedazos de tela en el suelo consiguen atraer la atención, dice el editor de BBC África Fergal Keane desde la región de Kasai central, en la República Democrática del Congo.
"La sangre está hablando", cuenta "Papá" Isaac, un traductor local de Naciones Unidas en la ciudad de Tshimbulu, en la región central de Kasai. Él nos llevó hasta el centro de un campo. "La sangre de mis hermanos está hablando", nos dijo.
Nadie sabe cuántos cuerpos fueron arrojados aquí por el ejército.
Una mujer que trabajaba en un campo cercano se acercó a nosotros, curiosa por la presencia de los soldados de la ONU. Su hijo de 12 años estaba entre los enterrados en la tumba.
"Los militares estaban enterrando los cuerpos. Vimos dónde se detenían y cómo cavaban para enterrar los cadáveres … algunos no tenían más de 12 años",lamentó, "no solo mataron a la milicia. Mataron a personas inocentes".