17 años después de su nacimiento, los daemons están de vuelta y para muchos lectores -yo entre ellos- es una noticia tan fantástica como la literatura a la que estas criaturas pertenecen.
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Aunque el año que termina ha estado plagado de hechos relevantes, me van a permitir que elija como noticia del 2017 el retorno de estos seres extraordinarios inventados por la imaginación del escritor británico Philip Pullman para erradicar la soledad humana.
En el adiós del siglo pasado, Pullman creó un mundo paralelo al nuestro donde todos los seres humanos (incluso las brujas) tienen un daemon, un animal que camina a su lado hasta el último día de su existencia. Nadie, nunca, está solo.
No son mascotas, sino una mezcla de conciencia y alma que habla y discute con nosotros, nos cuida y advierte en las adversidades, revela en ocasiones lo que sentimos y muere cuando nosotros morimos.
Los daemons aparecieron en la trilogía "La Materia Oscura", cuyo primer libro, "Las Luces del Norte" (1995), fue llevado al cine con el nombre "La Brújula Dorada", en una adaptación con Daniel Craig y Nicole Kidman más bien olvidable.
Los otros dos libros de la saga son "La Daga" (1997) y "El Catalejo Lacado" (2000) y entre los tres vendieron más de 17 millones y medio de copias alrededor del mundo y fueron traducidos en 40 idiomas.
Aunque la trama gira alrededor de Lyra, una niña de 12 años, es difícil catalogarla dentro de la literatura infantil o juvenil, quizás por el detalle -no menor- de que los malos no son los típicos brujos malvados, reinas sin corazón u orcos espantosos, sino la Iglesia y la figura de un Dios cruel e intolerante.
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Este año Pullman publicó "La Bella Salvaje", el primero de una nueva serie -"El Libro del Polvo"- en donde regresan Lyra y por supuesto los daemons, tan existenciales e inquietos como en el pasado.
Los críticos del nuevo libro parecen estar tan felices como los lectores.
Cambiar para crecer
"Lyra y su daemon caminaron a través del oscuro salón", dice la primera línea de "Las Luces del Norte", que está inspirada en obras como "El Paraíso Perdido" de Milton, mitos como el de Prometeo y poetas multifacéticos como William Blake.
Además de tener nombres hermosos -Steimaria, Sophonax, Belisaria- los daemons tiene otras características que los convierten en seres asombrosos. Una es particularmente bella e inquietante: pueden cambiar de forma y adoptar el papel de los más variados animales.
Pantalaimon, el daemon de Lyra se transforma en polilla, gato, ratón, pájaro, león, entre otros.
Pero estos cambios ocurren mientras los niños crecen. Cuando llega el fin de la inocencia, se convierten en un solo animal hasta el final.