Mary Rose batalló durante años para poderse quedar dormida, pero no podía: sentía cientos de insectos que se movían y clavaban dolorosos aguijones en sus pies.
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"Era como tener un enjambre de abejas picándote las piernas", recuerda al describir la sensación que la abrumaba.
"Era realmente muy, muy doloroso".
Esta historiadora del arte, de 80 años de edad, padece una extraña enfermedad denominada síndrome de las piernas inquietas (SPI), que la torturaba de noche.
"Hace que quieras rascarte las piernas, levantarte y caminar, hace imposible acostarse y dormir porque las piernas se te retuercen de una manera incontrolable", explica a la BBC.
Los síntomas eran tan severos, cuenta, que no quería que llegara la hora de irse a la cama.
Sin dormir
Mary Rose no recuerda cuándo comenzó el problema, pero sí que la condición tardó años en ser diagnosticada.
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"La gente me decía ‘tienes calambres, debes tomar quinina o dormir con corchos en tu cama’. Y yo hice todas estas cosas", rememora.
Por supuesto, no tuvieron ningún efecto.