Es un estudio basado en futbolistas profesionales, pero que tiene ramificaciones que abarcan a todas aquellas personas que en un momento determinado realizan trabajos físicos de alta intensidad.
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Hablamos del asma inducida por el ejercicio, que según científicos de la Universidad de Kent puede afectar a tres de cada 10 jugadores.
Los investigadores recomiendan que toda persona que se somete a ejercicios que aceleran las pulsaciones de manera brusca e intensifican la respiración debería pasar por controles médicos para determinar su predisposición a sufrir los síntomas de esta enfermedad del sistema respiratorio.