¿Que pasa cuando una compañía, en su afán por vender más, termina enfadando a la gente que más importa: los consumidores?
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Dos experiencias de graves errores de marketing y relaciones públicas ilustran cómo las palabras pueden ser detonantes de bombas muy destructoras.
Usadas con astucia, las promociones de ventas pueden ser una forma inteligente de aumentar la cuota de mercado o eliminar el exceso de stock.
Pero hacer malas promociones puede ser desastroso para una marca, por más famosa que sea.
Y entre las famosas, Hoover lo fue tanto que ingresó al vocabulario inglés como sinónimo de ‘aspirar’.
Desafortunadamente, desde los años 90, también ha estado inextricablemente vinculada a una catastrófica promoción de ventas: el fiasco de los vuelos gratuitos.
Demasiado buena para ser cierta
A principios de los años 90, el dominio de Hoover en el mercado británico de limpieza del hogar estaba bajo amenaza, pues los clientes empezaron a comprar productos eléctricos de marcas más nuevas y de moda.
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Hoover Europa enfrentaba graves problemas, había perdido una gran cantidad de dinero en los primeros nueve meses del año, por lo que había presiones sobre la administración para remediar la situación y vender las existencias que se acumulaban en los almacenes.
Necesitaban algún mecanismo para que aumentara el volumen de ventas.