La medida se concretó el jueves, pero ya en septiembre, el primer ministro de Pakistán, Shahid Khaqan Abbasi, había insinuado cuál sería su impacto:
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"Estamos luchando la guerra contra el terrorismo. Cualquier cosa que degrade nuestros esfuerzos sólo dañará los esfuerzos de Estados Unidos", indicó.
Quizás esa es la principal razón por la que la comunidad internacional está atenta a las consecuencias de que el presidente Donald Trump haya decidido recortar casi toda la ayuda de seguridad que entregaba a Pakistán.
La medida se tomó porque, para la Casa Blanca, Pakistán no combate a los grupos extremistas que operan en su territorio, específicamente a la red Haqqani y el talibán afgano.
- Estados Unidos recorta casi toda la ayuda de seguridad que entregaba a Pakistán
- Haqqani- el grupo radical que enfrenta a EE.UU. y Pakistán – BBC Mundo
El gobierno estadounidense ha sostenido que Pakistán ayuda a extremistas, "jugando un doble juego por años: algunas veces trabaja con nosotros", indicó el miércoles Nikki Haley, embajadora de Estados Unidos en las Naciones Unidas.
Y otras veces, "le da refugio a los extremistas que atacan nuestras tropas en Afganistán", señaló la funcionaria.
Sin embargo, se trata de acusaciones que Islamabad niega vehementemente.
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Pero más allá de la retórica: ¿qué hay detrás de la fuerte medida anunciada por la Casa Blanca?
1. El reflejo de un inconformismo de años
En su primer tuit de 2018, Trump escribió:
"Estados Unidos le ha dado tontamente a Pakistán más de US$33.000 millones en ayuda durante los últimos 15 años, y no nos han dado más que mentiras y engaños, pensando que nuestros líderes son tontos. Brindan refugio a los terroristas que buscamos, con poca ayuda, en Afganistán. ¡No más!"
https://twitter.com/realDonaldTrump/status/947802588174577664
En agosto del año pasado, poco después de cumplir su primer semestre como presidente de Estados Unidos, Trump lo había dicho con contundencia:
"Hemos estado pagando miles y miles de millones de dólares al mismo tiempo que ellos están acogiendo a los terroristas que estamos combatiendo", dijo el mandatario. "Es tiempo de que Pakistán demuestre su compromiso con la civilización, el orden y la paz".
Pero las preocupaciones expresadas por el gobierno de Trump no son ni nuevas ni recientes.
Shashank Joshi, investigador del Royal United Services Institute, indicó en un artículo que escribió para la BBC en agosto, que las palabras del presidente estadounidense expresaban públicamente "lo que sus predecesores sólo decían en privado".
"Necesitamos dejarle claro a la gente que el cáncer está en Pakistán", le dijo el presidente Barack Obama a sus consejeros en 2009 cuando envió a dos de sus funcionarios de seguridad a reunirse con las autoridades de Islamabad.
"No puedes tener las serpientes en tu patio trasero y pretender que sólo muerdan a tus vecinos", advirtió la entonces secretaria de Estado, Hillary Clinton en 2011.
Ese mismo año, el oficial militar estadounidense de más alto rango, el almirante Mike Mullen, había acusado a Pakistán de "exportar" violencia extremista a Afganistán al permitir que militantes radicales actuaran como un "brazo armado" del servicio de inteligencia de Islamabad.
Pakistán, planteó Estados Unidos, tenía demostrar esfuerzos concretos contra el grupo islamista radical Haqqani si quería seguir contando con su ayuda.
2. La continuación de una tendencia de recortes
Así como las quejas estadounidenses no se limitan al gobierno de Trump, los recortes en la ayuda enviada a la nación asiática tampoco.