A un diplomático suizo se le atribuye haber liderado el principal rescate de civiles de la Segunda Guerra Mundial, pero en lugar de ser reconocido por salvar a miles de judíos, fue regañado y, hasta hace poco, olvidado.
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En un suburbio de la capital de Suiza, Berna, hay una tranquila calle que lleva el nombre de Carl Lutz Weg.
La letra chica del letrero da un pista: vicecónsul en Budapest de 1942 a 1945.
Hay más en el Departamento de Asuntos Exteriores de Suiza. Volúmenes encuadernados con miles de cartas, cada una estampada por el gobierno de Suiza, cada una con fotografías de familias.
Son un registro de los intentos de Lutz para evitar que los nazis deporten a miles de judíos de Budapest a los campos de exterminio.