Imagínate que estás caminando por la ciudad cuando el atardecer deja paso a la noche.
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Las luces comienzan a encenderse. Pero, en este caso, no son bombillos eléctricos lo que iluminan las calles: son las hojas de los árboles que se se tornan de un color verde fluorescente como si fueran luciérnagas.
Más o menos así es el escenario que tiene en mente un equipo de ingenieros del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), que transformó una planta de berro para que pueda brillar en la oscuridad.
Según los investigadores, este experimento abre el camino para utilizar plantas en lugar de otras fuentes de iluminación en el futuro.
"Nuestra visión es crear una planta que pueda funcionar como una lámpara de escritorio, una lámpara que no hace falta enchufar (en ningún lado)", explicó Michael Strano, autor principal del estudio, publicado en la revista Nano Letters.
"En esencia, la planta está alimentada por su propio metabolismo energético", añadió el investigador.
Todo tipo de plantas
Para lograr este efecto, Strano y sus colegas recurrieron a la luciferasa, la misma enzima que hace brillar a las luciérnagas.