Hay quienes trabajan día tras día con lo invisible, ya sea porque es más que diminuto o mucho más enorme que lo que esa palabra pueda abarcar.
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Muchos de ellos son científicos que después quieren contarle al mundo lo que encontraron. Y en mayor o menor medida, a todos nos fascina saber, aunque a veces nos cueste trabajo entender.
Es entonces cuando entran en acción comunicadoras científicas como Kimberly Arcand y Megan Watzke -del Observatorio Chandra de rayos X de la NASA- quienes actúan como una suerte de traductoras.
"Empezamos con códigos binarios -unos y ceros- y los transformamos en imágenes bi o tridimensionales, como un modelo visual de una estrella explotando o un viaje en realidad virtual alrededor de los restos de la estrella que explotó hace tiempo, por ejemplo", le cuenta a BBC Mundo Kimberly Arcand.
Esas visualizaciones les sirven a los científicos para sus propios trabajos, pero Arcand las hace también para nosotros, para presentarnos descubrimientos, esquinas del cosmos, fenómenos asombrosos.
Para poder concebir lo inconcebible
Tras años de experiencia con el público, Arcand y Watzke notaron que hay unas preguntas que se repiten: cuán grande, rápido, caliente, antiguo, lejano…
En resumen, cuestiones relativas a la "Magnitud: la escala del Universo". Así se llama el libro que crearon, ilustrado por Katie Peek, una astrofísica dedicada a la visualización de datos y el periodismo científico.
Para ellas, es una especie de texto sobre la gramática del lenguaje del Universo, una base para aprender a "hablar en escala".