Estornudar es un reflejo involuntario que todos los seres humanos tenemos pero que todavía no entendemos del todo.
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Es una respuesta natural de defensa antes cosas que irritan las membranas de nuestra nariz: cuando se produce, las señales nerviosas hacen que los músculos del pecho y la garganta respondan, expulsando fluido mucoso por la nariz y la boca.
A raíz de la noticia la semana pasada de un hombre que se rasgó la garganta por contener totalmente un estornudo, exploramos algunos mitos y realidades sobre este extrañamente estrepitoso movimiento que sorprende cada tanto a nuestro cuerpo, lo queramos o no.
1. Las gotitas del estornudo pueden flotar durante varios minutos
Según experimentos llevados a cabo por Lydia Bourouiba, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés) los estornudos crean nubes de saliva y gas que pueden transportar gotitas infecciosas a una distancia considerable.