En las profundidades de Centralia arde un infierno.
PUBLICIDAD
El subsuelo de este pueblo fantasma estadounidense, ubicado en el estado de Pensilvania, arde desde hace más de medio siglo.
Un fuego iniciado de forma accidental en 1962 cerca de una mina abandonada acabó extendiéndose por las grutas de carbón debajo de Centralia.
En las últimas tres décadas, la casi totalidad de sus 1.200 habitantes se vieron obligados a abandonar el pueblo y la mayoría de casas fueron demolidas.