En muchos lugares del mundo, desde hace un tiempo, es difícil caminar por las calles sin toparse con alguien que esté mirando ansiosamente su muñeca para comprobar cuán cerca están de alcanzar el objetivo de dar los mágicos 10.000 pasos.
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¿Es realmente un objetivo por el que vale la pena esforzarse? ¿O acaso podría haber algo mejor?
¿Y de dónde salió ese número?
Quizás te sorprenda enterarte que fue el resultado de una campaña de marketing de 1960 en Japón.
En el período previo a los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, una compañía ideó un dispositivo que comenzó a comercializar para los que se preocupan constantemente por su salud.
Se llamaba Manpo-Kei. En japonés, "man" significa 10.000; "po", pasos, y "kei", significa metro. Así que era, literalmente, un medidor de 10.000 pasos.
Fue uno de los primeros podómetros, basado en el trabajo del doctor Yoshiro Hatano, un joven académico de la Universidad de Salud y Bienestar de Kyushu.