Los tiroteos masivos en Estados Unidos son un acontecimiento familiar. Pero ¿por qué surgen teorías de conspiración que los niegan y se propagan tan rápidamente?
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En promedio, hay un tiroteo masivo en EE.UU. una vez al día.
Después de cada gran tiroteo, sigue un guión familiar. Se ofrecen oraciones, aparece el hashtag #PrayFor (Reza por y el nombre de la última ciudad en que ocurra) y se vuelve tendencia en Twitter.
Los políticos discuten sobre cuándo podría ser el mejor momento para hablar sobre control de armas.
Pero luego, la mayor parte de los estadounidenses se olvidan del problema, hasta el siguiente ataque.
A ese guión, se ha agregado un fenómeno inquietante y relativamente nuevo.
Cada vez más, las víctimas son forzadas a negar acusaciones de que el tiroteo nunca ocurrió, alimentadas por teóricos de la conspiración en las redes sociales.
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Una minoría pequeña, pero decidida, insiste en que los eventos fueron montados e inventan cuentos monstruosamente complejos que involucran "actores de crisis", el "estado profundo" y acusaciones de que los ataques son falsos, o pretextos para aplicar reformas de control de armas.
Ataques
El 1 de octubre de 2017, Stephen Paddock mató a 58 personas e hirió a cerca de 500 cuando disparó desde la habitación de un hotel de Las Vegas hacia los asistentes de un festival de música country.
Este ataque ocurrido durante el evento llamado Route 91 fue el tiroteo masivo más mortífero en la historia moderna de EE.UU.
Pero en un día, los sobrevivientes ya estaban recibiendo ofensas en redes sociales.