Mientras las balas silbaban por las calles y el gas lacrimógeno se arremolinaba en el aire como una niebla tóxica, Florin y Mariuca Talpes se dieron cuenta de que sus vidas nunca volverían a ser las mismas.
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Poco sabía la pareja entonces que se convertirían en dos de los líderes empresariales más exitosos de su país.
Fue en diciembre de 1989 cuando Florin y Mariuca quedaron atrapados en la Revolución rumana.
"Estábamos en la calle en medio de las balas y los gases lacrimógenos", dice Mariuca, que tenía 26 años en ese momento, "teníamos dos niños gemelos de 3 años… Le dije a Florin que se fuera a casa a cuidarlos".
Sus hijos salieron ilesos del violento derrocamiento del dictador Nicolae Ceausescu y su régimen comunista.
Pero, de repente, Mariuca y Florin, que entonces tenía 32 años, enfrentaron un futuro económico incierto.
A medida que el aparato estatal se iba desintegrando, no estaban seguros de si mantendrían sus trabajos en el Instituto de Investigación Informática del gobierno; y si, de mantenerlos, les pagarían.
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En enero de 1990 ambos renunciaron para establecer su propia compañía.