El color es lo de menos, porque lo importante de la histórica medalla de bronce conseguida por Regino Hernández en el snowboard a campo traviesa masculino de PyeongChang es que rompió con una sequía de 26 años.
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Ese el tiempo que había transcurrido desde la última vez que España obtuvo una medalla en las olimpiadas de invierno.
Y lo más sorprendente es que la de Hernández, quien nació hace 26 años en Ceuta y creció en la Costa del Sol, es tan sólo la tercera presea española de la historia.
Número que contrasta con la abundancia de éxitos que ha vivido el deporte español en el siglo XXI.