Facebook es como una especie de espía acosador: se preocupa por saber dónde estás en cada momento, te sigue a todas partes y no se molesta en ocultarlo. Basta con viajar para comprobarlo.
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"¡Bienvenido! Mira en qué lugares de esta ciudad estuvieron tus amigos" o "estás muy cerca de cinco restaurantes muy bien valorados", son algunos de los mensajes que recibes normalmente cuando llegas a un lugar nuevo.
Y eso ocurre a veces sin el consentimiento directo de los usuarios… o sin que éstos sepan cómo obtuvo la información.
Así lo cree un tribunal en Bélgica —y, previamente, uno de Alemania— que acaba de acusar a la red social de violar las leyes por usar cookies y códigos de localización para rastrear a los internautas y vender publicidad.
Facebook dice que utiliza las cookies de forma "transparente".
Sin embargo, los legisladores aseguran que la empresa "debe dejar de seguir y registrar cómo usa la gente internet" y tiene que "destruir todos los datos personales que obtiene ilegalmente".