Fue un partido caliente, de alta tensión, en el que se luchó por cada milímetro del campo… e incluso de los vestuarios una vez que sonó el pitazo final.
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La invasión del campo por parte de los aficionados del Wigan reflejaron la importancia y lo histórico de la victoria de un club de la tercera división del fútbol inglés sobre el Manchester City, líder indiscutido de la Premier League y que iba en camino a conquistar cuatro títulos esta temporada.
Hasta el lunes por la noche, cuando cayó eliminado de los octavos de final de la FA Cup (la Copa de la Asociación Inglesa) en una de las mayores sorpresas en la historia del torneo de fútbol más antiguo del mundo.