En casi todo el mundo, cuando termina el contrato de un futbolista profesional puede elegir con quién emplearse de nuevo. No es así en México.
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En este país la vida en las canchas de los jugadores se rige por el llamado "Pacto de Caballeros".
Un acuerdo no escrito entre directivos y dueños de equipos que impide a los futbolistas contratarse libremente con clubes mexicanos y extranjeros.
El Pacto contraviene las reglas de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), que desde 1995 garantiza la libertad de empleo a los profesionales del soccer.
A pesar de eso el convenio irregular se aplica en México, donde los futbolistas que quieran cambiar de equipo deben entregar una compensación al club donde laboraban.
Si no lo hacen quedan fuera de la liga profesional. Y si consiguen empleo en un circuito extranjero difícilmente pueden recontratarse en el país.
Cuando quieren regresar deben contactar al último equipo mexicano que les empleó para que avale su reincorporación a la liga… siempre y cuando pague una cuota de retorno.