"Es una locura, pero qué voy hacer, así al menos estoy más tranquila".
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Yelaine Pérez Gibert, una cubana madre de dos gemelos que van a una escuela primaria en Miami, dice que "no tiene vida" desde hace una semana, cuando Nikolas Cruz, un joven de 19 años, mató 17 personas en la escuela Marjory Stoneman Douglas, en el sur de Florida
"Lo más terrible es pensar que eso puede pasar en cualquier escuela aquí y en cualquier momento. Por eso mi esposo y yo pensamos que algo teníamos que hacer. Algo tengo que hacer para que no maten a mis hijos", cuenta a BBC Mundo.
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Su decisión fue actuar con "lo que estaba en sus manos": una amiga venezolana le comentó sobre unas mochilas antibalas que vendían en Amazon y no dudó en un momento en comprarlas, aunque ni siquiera, reconoce, se cuestionó su efectividad en la práctica.
"Son esas situaciones desesperadas en las que haces lo que tengas que hacer y pagas lo que tengas que pagar para proteger a tus hijos", dice.
Pagó por cada una US$112 y desde este lunes, sus gemelos, de 8 años, van a una escuela elemental de Kendall, un barrio de Miami, con 3 kilos de más en sus espaldas: el peso del material antibalas de las mochilas.
La decisión de Pérez no es inusual entre los padres de Florida y de otros estados tras la matanza del pasado 14 de febrero.
Incluso algunos actores y otras reconocidas personalidades estadounidenses, anunciaron en sus redes sociales que habían comprado mochilas antibalas para sus hijos.