Una tarde primaveral de marzo de 2011 en la pequeña ciudad de Claypole, ubicada a unos 26 kilómetros al sur de de Buenos Aires, se jugaba un partido sin trascendencia entre dos conjuntos de uno de los campeonatos de la quinta división del fútbol argentino.
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El Claypole local recibía al Victoriano Arenas en lo que tenía que ser un encuentro "como tantos otros" entre dos equipos que merodeaban por la mitad de la tabla.
- El fútbol como tal vez nunca lo habías visto antes: la cámara que muestra la perspectiva del árbitro
Había rivalidad, pero nunca para imaginar que ese modesto encuentro de un torneo regional terminaría dando la vuelta al mundo y pasaría a tener un lugar en el fútbol como el partido con más expulsiones de la historia.
En total fueron 36 las tarjetas rojas las que sacó el árbitro Damian Rubino tras la batalla campal que se desató sobre el campo una vez finalizado el partido.